Vivimos en un mundo cada vez más competitivo en el cual cada día que pasa es más difícil y complicado competir y más aún hacerlo de manera efectiva, por lo tanto no importa mucho a que te dediques o que es lo que hagas para ganarte la vida, la mejor de todas las cualidades que puedes aprender y desarrollar es la de:

«Aprender a vender y a venderte«.

Esto es más cierto si cabe si eres empresario o tienes la intención de serlo, porque hoy en día ya no es suficiente en la mayoría de casos con tener una buena idea, un buen producto o un excelente servicio, el mundo lo tiene que saber de lo contrario es poco probable que te contraten o que compren tu producto o servicio.

Siempre se venderá mejor una idea mediocre en manos de alguien que «sabe vender» que una idea excelente en manos de alguien que «no sabe vender».

Y no deja de ser menos cierto para todas las demás personas sin importar mucho a que se dediquen, puesto que la vida en si es una venta continua ya que a todos nos gusta sentirnos queridos, aceptados, reconocidos, respetados, valorados, integrados, etc.

Si buscamos un trabajo nos vendemos a nosotros mismos, si exponemos una idea nos vendemos a nosotros mismos, si queremos conquistar a alguien nos vendemos a nosotros mismos y así podríamos relatar un largo etc., por lo que podríamos llegar a la conclusión de que «la vida es una gran venta» y si lo anterior en correcto, la más fundamental de todas las herramientas es: saber venderse a uno mismo.

No en vano el vendedor profesional siempre se vende dos veces:

Primero se vende a sí mismo (su personalidad) y después vende su producto o servicio, nadie nos comprará nada si primero no le caemos bien.

Por otro lado, nunca he entendido la mala prensa que existe en la sociedad en general y la nuestra en particular sobre el concepto «vendedor», todas las economías capitalistas precisan de la venta, no hay empresa en el mercado que pueda estarlo sino produce ventas, por lo que el vendedor juega un papel muy importante y en ocasiones fundamental.

Tal vez el secreto resida en un consejo que ya relatábamos en un post anterior:

A nadie le gusta que le vendan, sin embargo a la mayoría de las personas les gusta comprar y ahí está la clave en «vender sin vender» o sin que se note que estamos vendiendo dando al cliente la sensación de que él nos está comprando.

Hasta la fecha no he tenido la oportunidad de conocer a un vendedor que se reconozca como tal en sus tarjetas de visita incluido yo mismo.

David Tomás
Formador, Experto en Ventas.
Coach, Máster Practitioner en PNL.
Cursos de ventas presenciales para empresas.